23/5/07

El Partido Popular y la construcción de una realidad virtual

Es importante analizar el significado de la oposición y del movimiento social que ha encabezado el Partido Popular. A partir del atentado de Atocha y aún antes de que las elecciones le hubieran apeado del gobierno, el PP se lanzó a construir una ficción, un relato que nada tenía que ver con la realidad. Contra todos los informes que recibía de la policía bajo sus órdenes, el ministro Acebes estuvo señalando a ETA como autora del atentado. Pronto apareció ante los votantes del 14 de marzo como una manipulación y contribuyó a decantar el voto a favor del PSOE. Sin embargo la experiencia no le sirvió para rectificar e, impulsado por su cohorte mediática, especialmente la COPE, El Mundo y Telemadrid, se desarrolló el relato de la conspiración. Conspiración en la que intervenían, además de ETA, la propia policía, los servicios secretos marroquíes y, por último, el PSOE, que era el beneficiado, relato que seguimos viendo hoy en el juicio y entre algunas de las asociaciones de víctimas. Una auténtica novela, un relato imaginario que se iba sustentando en bases casi inexistentes y que fueron cambiando a medida que se demostraban absurdas. Este es el primer relato inventado, lleno de mentiras y de infundios, que repetido y orquestado, se ha intentado utilizar como primer arma contra el Gobierno y especialmente contra el presidente Zapatero.
Vemos en este caso cómo, desde una clara falsificación, se construyen convicciones que son operativas y que producen efectos reales. Este proceso ha sido repetido varias veces.

Se ha dado con el debate del Estatuto de Cataluña, en donde España se rompía y Zapatero se vendía a los nacionalistas catalanes. De aquí arrancó el “España una”, la patria unida, vieja consigna del franquismo. Da lo mismo que muchos de los aspectos rechazados se hayan aceptado en estatutos como el de Andalucía. De nuevo estamos ante una virtualidad, una construcción imaginaria, un relato que construye una realidad para gran número de los seguidores del PP. Este relato está llegando al Tribunal Constitucional en el recurso de inconstitucionalidad, que le está dividiendo políticamente y puede llevarle al desprestigio.

El siguiente gran relato, en el que estamos, ha sido la política antiterrorista frente a ETA. El mismo proceso de negociación que intentó Aznar, como anteriores presidentes del gobierno, se le niega a Zapatero. La convicción de que un terrorismo con base social no se acaba solamente con medidas policiales, se transforma en lo contrario. Da lo mismo la experiencia de otros procesos, se plantea el final de ETA como el del GRAPO, que todavía sigue coleando.
La unidad con el gobierno de turno en la lucha antiterrorista se convierte en la utilización del terrorismo para debilitar e intentar derribar al Gobierno. Primero fue situar a Zapatero como débil, incapaz de hacer frente a los terroristas, y al final como un traidor que quiere entregar Navarra y la independencia de Euskadi a los terroristas.

El último capítulo en este despropósito ha sido transformar un hecho trivial, el cumplimiento domiciliario de la pena del etarra De Juana Chaos, en la liberación de un asesino. Es verdad que ya había cumplido la pena por los asesinatos cometidos, pero eso que más da, no debe dejarse que la verdad empañe un relato emocionante.
En todos los casos, el PP y sus apoyos han sabido construir una realidad virtual, relatos imaginarios que se convierten en convicciones y creencias para muchos ciudadanos. Realidades virtuales que han movilizado en la calle a miles de personas, que han convertido al adversario en enemigo, que han dividido a altos órganos judiciales, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y que dividen a los medios de comunicación haciendo aparecer la falsa simetría de dos realidades contrapuestas.
Hay que intentar comprender cómo puede realizarse esta falsificación, este desplazamiento de los hechos y de su explicación, hasta formar complejos de creencias de fuerte carga emocional. Me parece que se ha producido la conjunción de aspectos muy antiguos provenientes de las tradiciones españolas con otros muy nuevos, posmodernos.

Aspectos muy antiguos son la unidad católica de España y el envolverse en la bandera y en el himno. Un relato que nos suena desde el levantamiento que dio lugar a la guerra civil y sobre todo desde el franquismo. España unida frente a los separatistas, especialmente los catalanes. España católica frente a herejes y masones. Esta recuperación del franquismo se ha podido hacer porque éste seguía existiendo, subterráneamente, a través de los que le vivieron y de sus hijos. Nunca se rompió claramente con las aberraciones y crímenes del régimen de Franco. Basta observar el debate actual sobre la ley de la Memoria histórica, a la que se enfrenta con todas sus fuerzas el PP y con muy poca decisión de ruptura por parte del Gobierno: la búsqueda de los represaliados, los nombres franquistas de tantas calles, las decisiones del Ayuntamiento de Salamanca de no revisar la alcaldía honorífica de Franco o la expulsión como concejal de Unamuno, la misma actitud de la Iglesia española que nunca ha pedido perdón por la proclamación de la Cruzada.

Otro factor decisivo es también la falta de desarrollo del laicismo, la presencia constante del catolicismo en la sociedad y en la escuela. Las posiciones de la Conferencia Episcopal en contra de todo cambio en la moral y en las instituciones civiles, el matrimonio entre homosexuales, la clonación terapéutica, la eutanasia, el aborto y la enseñanza de la religión dentro de la escuela. La Iglesia influye diariamente a una masa social manteniéndola en creencias conservadoras y propias del pasado, al mismo tiempo que se registran cambios en las costumbres, muchas veces en contradicción con las creencias católicas de los que las practican. Factores de nuestra peor historia que han permitido al Partido Popular volver a la España Una y Católica.

Es más importante analizar los aspectos nuevos que han contribuido a la construcción de esta realidad virtual. Un constructo que se ha convertido en la realidad como ha venido proclamando el recientemente fallecido Braudillard.

En primer lugar, la importancia de los medios de comunicación de masas en la construcción de la realidad en el mundo posmoderno. Aquí los medios han ido por delante del PP. Han actuado desde las posiciones de ultraderecha de la COPE (que son las de los obispos), el cinismo periodístico de El Mundo o desde el papel tradicional de órgano de la derecha del ABC. A esto hay que añadir televisiones e internet para mantener un clima continuo de hostigamiento al Gobierno, mentiras y manipulaciones sin número.

En segundo lugar ha jugado un papel decisivo la utilización de organizaciones sociales, en especial la Asociación de Víctimas del Terrorismo, con su presidente al frente. El terrorismo produce el suficiente impacto emocional como para excitar y movilizar, hasta llegar al z-ETA-p. También aquí se ha sabido usar la movilización rápida a través de los sms y el correo electrónico, medios que fueron importantes en la movilización de la izquierda antes de las elecciones del 14 M. Se han usado consignas simples, emocionales, símbolos comunes a todos los españoles como la bandera, el himno, la nación, el lazo azul. La falta de escrúpulos ha convertido al adversario en enemigo de la patria, de los hombres de bien, no les ha importado que esas acciones puedan desestabilizar la democracia ya que han sido eficaces y han provocado el enfrentamiento social. Las personas que escuchan medios como la COPE, leen periódicos como El Mundo, siguen predicaciones dominicales dirigidas por obispos como Rouco Varela y hablan con amistades que se mueven en estos mismos medios, están en un círculo de creencias, consignas, emociones y visiones de la realidad de los que difícilmente pueden salir. Salvando las distancias, es lo que ocurre en los medios del nacionalismo radical o del fundamentalismo religioso. Sin embargo, los dirigentes del PP, sus militantes cualificados, todos los que tienen poder o beneficios por participar en gobiernos de comunidades autónomas o ayuntamientos, en medios de comunicación o en órganos pactados del Estado, todos los que se aprovechan, son responsables de estas manipulaciones, contribuyen a deteriorar la democracia y dividen a la sociedad con grave daño. Parece que intentan regresar a las dos españas, “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”.
La gran manifestación del PP del 10 de marzo, el día anterior a la conmemoración de los atentados de Atocha, ha llevado a Rajoy a proclamar ilegítima la presidencia del Gobierno de Zapatero: llegó por un atentado “ilegítimamente” y ya debe de salir. ¿Desea que se anticipen las elecciones y asustar a los votantes del PSOE? ¿Cree que está dirigiendo una contrarrevolución social? Da la impresión de que los dirigentes del PP se han creído sus consignas o que esta realidad virtual ha llegado a ser la de la mayoría de los españoles. Sin embargo esta crispación puede impulsar a votar en su contra, en próximas elecciones, a las personas de izquierda o de centro.

También ha contribuido al éxito de esta construcción otros medios, intelectuales de izquierda e incluso el partido del Gobierno y éste mismo.
Otros medios, no afines a la derecha, han situado sin embargo en primer plano la menor de las manifestaciones, imprecaciones o propuestas del PP, les han dado las primeras páginas y han relegado los problemas reales, así como las leyes positivas del Gobierno o del Parlamento. Han contribuido a que las propuestas o las desmesuras del PP y de sus secuaces ocupen el espacio político, se hayan debatido en tertulias o debates hasta la saciedad y el aburrimiento de gran número de ciudadanos.
Muchos comentaristas y articulistas de izquierda, que discrepaban de algunos aspectos de la gestión del Gobierno, se han situado en un punto medio, “ni esto ni lo otro”, “todos los políticos son iguales”, “el Gobierno cede a los nacionalistas”, etc. Este lavarse las manos ha debilitado, más que al Gobierno, a la posibilidad de centrar el debate político en los problemas reales que tenemos.
Por último, el PSOE apenas actúa en la sociedad, es un desaparecido, y los partidos que apoyan al Gobierno lo hacen a medias y distanciándose en muchos aspectos. El propio Gobierno, encabezado por su presidente, no ha sabido frenar al PP y llevar la iniciativa, ha ido a remolque, contestando con sordina, para no crispar. Ha cometido errores que han sido utilizados por el PP, no ha sabido utilizar los medios de comunicación para desmontar las falsedades, pero sobre todo no ha presentado sus actuaciones políticas en primer plano: ley de dependencia, ley de la igualdad, lucha contra la corrupción y por la mejora ambiental, etc.

Es hora de plantear que por encima de las diferencias tenemos que dar un paso al frente y actuar todos los ciudadanos a los que nos interesan otros problemas y vemos que las historias que están contando son muy viejas y antidemocráticas.
El esfuerzo fundamental debe ir dirigido a abordar los problemas reales de cara a las elecciones municipales y autonómicas primero y a las generales después. Los problemas de corrupción y destrucción del territorio, debidos en gran parte a la alianza del PP y los constructores, el deterioro de los servicios públicos como la enseñanza y la sanidad, explosivo en la Comunidad de Madrid. Debemos dejar de lado a la España unida o rota y pasar a los problemas que realmente nos afectan. Problemas que también afectan a los que excitados emocionalmente, presos de una realidad fantasmal, pueden llegar a romper el velo y afrontar la realidad en la que viven.

extraído de un comentario anónimo en 20 Minutos.

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